¿Cómo lograr una buena clase virtual?

Entre los retos laborales que ha traído el confinamiento para todas las profesiones, los profesores de colegios y universidades tienen uno de los más desafiantes: educar desde la virtualidad.

Continuar con sus clases pese a las limitaciones que puedan tener de acceso y velocidad de conexión de internet y el nivel de habilidad en el manejo de las herramientas tecnológicas tanto de ellos como de sus estudiantes, y a lo que se suma el tiempo de los padres o acompañantes durante las clases, para el caso de los niños en educación preescolar y básica. 

En este sentido, la directora de la Maestría en Educación, Tatiana Rojas, comparte algunas estrategias que pueden facilitar el desarrollo de las actividades en línea y favorecer el aprendizaje de los estudiantes en educación básica y media: 

• Ofrezca apoyo emocional a los estudiantes. Inicie la clase con un saludo cordial, con una sonrisa, con una bienvenida cálida, preguntando a los estudiantes cómo están, y permítales expresarse, y escúchelos atentamente. 
   
• Esté alerta a las necesidades de los estudiantes. Durante el desarrollo de las clases es fundamental ofrecer el apoyo requerido a los estudiantes oportunamente, ya sea porque los estudiantes se ven cansados o callados, y por tanto requieren probablemente de una pausa o de un cambio de actividad.

  O porque preguntan constantemente lo mismo, lo que puede indicar que no han entendido la consigna de la actividad y que es necesario explicarla de otra manera.

• Genere recreos virtuales. Favorecer a los estudiantes espacios informales de encuentro y juegos en línea con sus compañeros, en el que puedan charlar y divertirse. Esto es importante tanto para niños pequeños como para adolescentes.

"La escuela debe crear espacio para el aprendizaje de habilidades sociales, que en mayor medida se desarrollan en la interacción informal que ocurre con sus compañeros de clase en el día a día, en los espacios entre clases, y en los recreos, espacios que actualmente no existen en los encuentros virtuales", afirma la directora de la Maestría en Educación. 

• Tenga comunicación constante con los padres de familia. Es importante ayudar a los padres de familia a entender la estructura y las dinámicas de las actividades de clase, el sentido que tienen, de tal forma que ellos puedan contribuir con las mismas. Esto es muy importante con padres de niños pequeños. 
   
• Cree un espacio de preguntas frecuentes. Facilite en el aula virtual o en el recurso que se utilice para el trabajo en línea, un espacio público de preguntas tanto para padres como para estudiantes.  Esto le permite al profesor ahorrar tiempo, así como sistematizar información que le permita hacer cada vez consignas más claras.

Así como los niños deben escuchar a los maestros, los maestros somos los llamados a escuchar los intereses, preguntas, confusiones e iniciativas de los estudiantes.

• Permítale a los estudiantes elegir. Todos los seres humanos tenemos una necesidad importante de autonomía, de tomar decisiones y de seguir nuestros intereses. Si el profesor indaga sobre los intereses de los estudiantes y les permite elegir trabajar en temas o contextos propuestos por ellos mismos, esto favorecerá un mayor compromiso por parte de los estudiantes, y en esa medida un mayor aprendizaje.
   
• Propicie la resolución de problemas. Dado el acceso directo de los estudiantes a la información, las actividades diseñadas deben propiciar demandas de alto orden como: analizar situaciones, aplicar conocimientos, solucionar problemas, crear, diseñar.  Esta clase de situaciones si son planteadas en un contexto cercano para los estudiantes y les son interesantes y retadoras, permitirán que utilicen el conocimiento con un sentido, lo que facilitará su comprensión y aprendizaje a largo plazo.
   
• Favorezca encuentros de discusión. Es fundamental propiciar discusiones en línea en pequeños grupos, por medio de preguntas abiertas que, con el acompañamiento del profesor, permitan que el estudiante pueda realmente comprender los contenidos para aplicarlos en una situación problema, porque hay un intercambio genuino entre profesor y estudiante, en el que tanto estudiantes como profesores, cuestionan las ideas de los otros y dan a su vez pistas y retroalimentación específica cuando es requerida.
  
  Todos estos aspectos se abordan en las diferentes asignaturas de la Maestría en Educación, que en su plan de estudios contempla dentro de sus componentes curriculares, el análisis del contexto, las demandas específicas de los dominios de conocimiento, el desarrollo psicosocial de los aprendices, y por supuesto la interacción entre profesores y estudiantes en el aula de clase. 

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